lunes, 14 de enero de 2013

MARCAS DIGITALES

  Las marcas digitales siguen el ritmo de la sociedad; las construyen quienes las utilizan, opinan, aúpan un producto que les gusta... No hablan sólo como expertos, también como usuarios.

  Si el producto es bueno, fácil de usar y cubre una demanda, a partir de ahí una cadena de bocas y orejas va haciendo el resto, sin necesidad de grandes esfuerzos publicitarios y obviando los medios tradicionales como el periódico, la radio o la televisión. Los consumidores entusiasmados por la innovación, por las ventajas del nuevo servicio, venden el género. Una ventaja de las marcas de Internet, que siguen la misma filosofía sin depender del tamaño de la empresa, es que son nativas de ese soporte, las offline han de adaptarse. 

  Antes las marcas hablaban de manera unidireccional. Hoy en día, la marca se hace entre todos, gracias a una comunicación bidireccional. El 76% de la gente no se cree la publicidad, de ahí que gracias a la democratización de la opinión, los consumidores hagan de embajadores o inquisidores de la marca.

  Las marcas deben procurar situar al usuario como centro de su estrategia, generar conversaciones, crear contenidos, aportar información útil, involucrarse en temas que preocupan a la sociedad, y lograr que los consumidores participen en la elaboración y difusión de los mensajes. Las marcas, además de innovar han de hacer que los demás reconozcan dicha innovación.

  La tecnología facilita la comunicación, amplifica lo bueno y lo malo; si el producto no es bueno, por mucho esfuerzo en marketing que se haga, no va a cambiar la percepción de los usuarios. La gran asignatura pendiente de las compañías españolas es la reputación online: utilizar mal Internet, es casi peor que no hacerlo.

Adaptación del artículo Construir en Red, publicado en el suplemento Marcas de El País 30/11/2012

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