jueves, 27 de diciembre de 2012

CUÁNDO Y CÓMO DELEGAR



   Desde el primer momento en que un joven arranca cualquier empresa (entendida la palabra también como cometido) se ve desbordado por infinidad de responsabilidades que pueden comprender desde el proceso creativo inicial, el desarrollo de la idea, pasando por la ejecución, la producción, hasta el último y en apariencia más insignificante recado pero sin el cual no se completa el fin último de su emprendimiento. 
   El emprendedor nobel se halla en una encrucijada, se encuentra con un dilema pues aunque sobrepasado por el gran número y diversidad de tareas de las que se ha de encargar, sigue recelando de delegar ciertas actividades en otros, por miedo a que su recién fletado barco se hunda sin apenas haber salido del puerto. La entrada de hoy aporta algunas claves acerca de cómo delegar en los socios o empleados y no naufragar en el intento.
  •   Contrata compañeros de equipo, no “cumple-órdenes”. Busca a aquellos que son capaces de tomar iniciativas y trabajar de manera independiente. Ponlos a prueba con preguntas que ayuden a sacar fuera sus habilidades como por ejemplo: Dame un ejemplo de una vez en la que hayas tenido un proyecto que llevar a cabo y no hayas sabido por dónde empezar. ¿Qué hiciste antes de nada? 
  •   Delegar en fases, por etapas. Incluso un empleado con iniciativa puede verse abrumado si se le carga con muchos deberes. Es responsabilidad del emprendedor en este caso explicar y demostrar a sus compañeros cómo manejar los diversos aspectos del trabajo. Se ha de empezar por poco, e incrementar las responsabilidades conforme el trabajador se vaya mostrando capaz de llevarlas a cabo. No debemos esperar mucho ni muy pronto sino esforzarnos por desafiar (en términos no competitivos) al otro e imbuirle la energía e ilusión de quien emprende.
  •   Delegar responsabilidades, no solo tareas. Mejor que asignar trabajo a alguien, es darle la responsabilidad de liderar un área. Por ejemplo, en vez de darle a tu empleado una lista de clientes para facturar, haz que ella o él organice las cuentas. Tendrás más tiempo para tus quehaceres y el compañero se sentirá valorado. 
  •   Fomentar la iniciativa. Si otros compañeros se sienten a gusto tomando decisiones, deben tomarlas. Con el tiempo, su radio de confianza y seguridad aumentará, por lo que demandarán la ayuda del emprendedor cada vez menos. Si el director no confía en las habilidades de sus empleados para tomar decisiones, ha contratado a los empleados equivocados. 
  •   Aceptar los errores. No importa lo bueno que es tu equipo de trabajo, está compuesto por humanos y los errores están a la orden del día. Lo que realmente importa es que la gente aprenda de ellos y continúen adelante.
  •   Evitar la culpa. No ha de importar de quién viene el problema, sino cómo solucionarlo. Una vez que la plantilla se percate de que la atención y el esfuerzo se centra en las soluciones y no en los “culpables”, su verdadera responsabilidad aflorará. 
  •   La gente trabaja de muy diversas formas. No importa lo buenos que sean tus compañeros, no son tú. Ellos llevarán a cabo sus deberes de maneras diferentes. Algunas veces esas vías pueden no parecerte buenas, pero siempre y cuando el trabajo se haga de manera profesional y dentro de los estándares de calidad establecidos, el proceso será válido. El emprendedor ha de preocuparse por los resultados.
  •   Estate preparado para sorpresas agradables. Cuando se contrata gente con talento y se les da autonomía, sorprende el constatar que pueden hacer las cosas incluso mejor que uno mismo. No es un desafío a las capacidades del emprendedor, es un regalo para su negocio. 

Fuente: http://www.youngentrepreneur.com/startingup/how-to-guides/whatever-you-do-dont-not-delegate-8-tips-for-cultivating-keen-employees/

No hay comentarios:

Publicar un comentario